El hecho ocurrió en octubre de 2009 y quedó impune. Se trata de la primera víctima mortal del accionar de los motochorros en Corrientes. Resignación, dolor y bronca. Uno de los hijos de la mujer fallecida comentó las sensación de la inseguridad.
"Si hoy están haciendo esta nota es porque algo no cambió", fue una de las frases que marcó el diálogo que
época tuvo con Pedro Gabassi, uno de los tres hijos de Julia Villanueva, víctima de un arrebato que terminó con su vida en octubre de 2009.
Con cierta serenidad, parece no olvidar lo ocurrido esa tarde del 7 de octubre. "Había llegado de la facultad. Me golpearon la puerta y cuando llegué al lugar, ya estaba la ambulancia", recordó Pedro.
En esa profunda charla, el joven reconoce, casi de manera inconsciente, que el hecho delictivo que sufrió su madre, fue uno de los primeros en la esquina de El Maestro y Cosquín, en el barrio General San Martín, a metros de la Comisaría Séptima.
Con un poco de resignación y otro de dolor, Pedro manifestó: "Fue un caso más de arrebato o de inseguridad. La única diferencia es el desenlace: Terminó con el deceso de mi mamá".
Julia, de 67 años fue interceptada por dos personas en moto que quisieron robar su cartera.
La violencia con que estos arrebatadores ejercieron sobre la mujer fue terminante. Cayó sobre el parterre, golpeó contra el cordón y sufrió traumatismo de cráneo.
Pasó una semana en terapia intensiva, primero estuvo en el Hospital Escuela y luego la trasladaron al Centro Médico dónde falleció el 13 de octubre de ese año.
"Cuantas situaciones parecidas ocurren o pasaron después, los arrebatos son algo que prevalece, todos terminan golpeados, en el hombro, el brazo, la pierna. Mi madre tuvo un derrame cerebral", describió Pedro.
Ante un hecho de esta magnitud, uno busca y espera justicia. Denuncias policiales, acciones judiciales y ese largo camino que toca atravesar. Con la esperanza puesta en que la muerte no quede impune, los hijos de Julia Villanueva comenzaron con esas acciones.
Sin embargo, toda esa esperanza se diluyó en menos de un año. “Todo quedó en nada”, dijo Pedro Gabassi, con una cierta desazón.
A ocho años y medio de la muerte de su madre, el hombre tiene la impresión de que no se hizo justicia. “Hoy tengo esa sensación de que faltó esa parte (la justicia) pero de igual manera uno tiene que seguir adelante”, indicó Gabassi.
Sucede que, a mediados de 2010, la justicia concedió la libertad a los dos detenidos por la muerte de Julia Villanueva y dictó falta de mérito.
“Cuando el abogado nos manifestó que por incongruencias de las 3 o 4 personas que fueron testigos, esto quedó ahí”, recordó esa sensación de dolor porque la justicia nunca llegó.
Con ese sinsabor que deja la impunidad, o simplemente el saber que esas personas continuaron con sus vidas; es decir, siguieron delinquiendo, cobrándose víctimas de arrebatos (ver fotos archivos).
Pedro señaló: “Son cosas que no se olvidan y siempre están presentes. Más sabiendo que, si uno saca la cuenta, mi madre todavía tendría la edad para estar presente en muchos eventos importantes, ahí te da bronca porque no está”.
Aunque el duelo fue profundo, Pedro, que se encontraba a 150 metros de lugar del hecho, buscó ayuda y pudo salir adelante.
“Cuando vi que no a iba a obtener otro resultado y para poder continuar con mi vida, tuve que aceptar que los culpables no iban a pagar”, afirmó.
La entereza y la racionalidad de un hombre a cuya madre unos delincuentes le quitaron la vida, es admirable.
¿Que te parecen los linchamientos?, fue la pregunta a la que Pedro respondió con serenidad: “Cuando se presentó el momento, no lo hice. Hoy te digo que no se si lo haría”.
Casi de manera inconsciente, uno va tomando algunas precauciones y cambiando su estilo de vida por la inseguridad. En el caso de Pedro y sus hermanos, reconocen que no padecieron otro hecho delictivo en la familia.
“Está la sensación de que hay más inseguridad, porque uno va tomando decisiones y recaudos para que las cosas no sucedan y hay actitudes que uno va naturalizando. La actualidad no es la misma, uno habla con las otras personas y se da cuenta”, contó el hijo de Julia.
Sin querer buscar responsables, Gabassi, afirmó: “Te genera bronca el daño que te hicieron y el hecho de que sigan dañando pero no permito que la bronca repercuta en mi vida” y agregó: “Independientemente del dolor que uno sufrió, hay que tener sentido y decir que no es culpa de la policía”.
“Algunos tienen más responsabilidad que otros con respecto a la situación. Hay que hacer leyes que sirvan, eso tienen que hacer los legisladores para que sean aplicadas por el Poder Judicial”.
El hombre reconoce que, el dolor los venció, y tal vez por eso, la Justicia no llegó.
En ese sentido, pidió que las normas legales se adapten al contexto social en el que vivimos. “Habría que replantearse las leyes actuales, puede que sean obsoletas para el tiempo que nos toca vivir. Al Gobierno, le solicitaría mayor acción y una comunicación mucho más directa con la sociedad”.
Dolor
“El recuerdo de mi madre, de cómo pasó y que los culpables no hayan pagado por lo que hicieron, lo tengo todos los días”, indicó Pedro Gabassi con esa profunda tristeza que genera la perdida de un ser querido. El joven parece no tener odio. Y aunque suene sorprendente, afirmó: “No me acuerdo del nombre de estas dos personas que estuvieron involucradas en el robo”.
Y aseguró: “No sé si es una coraza para seguir viviendo porque si uno se sumerge en los sentimientos (como odio o bronca) se hace difícil continuar”.
Reconoce que la entrevista dio con el objetivo de tratar de difundir un mensaje, ya sea a las autoridades de turno o a las personas que pasan por una situación similar.
FUENTE E IMÁGEN : DIARIO ÉPOCA CORRIENTES