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NUESTRA HISTORIA
Entrevista a Gerardo Pisarello, vicealcalde de Barcelona, hijo del abogado  saladeño Dr.Angel Pisarello
El abogado argentino Pisarello, número dos del gobierno de Barcelona, señala que la salida a la crisis política catalana es la realización de un referéndum. Habla de los gestos del gobierno socialista y de la creciente xenofobia en Europa.
Por Mercedes López San Miguel
“La vía judicial para eliminar adversarios es la peor solución”
 
“La impunidad del franquismo es un lastre que atenaza la democracia española”, afirma Pisarello.
 
“La impunidad del franquismo es un lastre que atenaza la democracia española”, afirma Pisarello.
 
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
Hacía seis años que no visitaba la Argentina. Por primera vez recorrió el sitio de memoria ESMA, y pensó inevitablemente en su papá.  Al abogado (oriundo de la ciudad de Saladas -CTES.-) Angel Pisarello, que defendía presos políticos, lo asesinaron en 1976, cuando Gerardo tenía tan solo cinco años. Hoy con 48 años el vicealcalde de Barcelona se describe como un hijo de la generación de militantes de agrupaciones de izquierda, radicales (como su padre) y peronistas que protagonizaron el Tucumanazo, el Rosariazo, el Cordobazo enfrentando a la dictadura de Onganía. Pisarello estuvo en Buenos Aires y también en su ciudad natal con una agenda en la que realizó actividades de trabajo, pero también tuvo espacio para conectarse con su pasado.

Cuenta en esta entrevista con PáginaI12 que en San Miguel de Tucumán fue con sus dos hijos a la casa de su niñez. “En el ‘75 nos pusieron dos bombas en esa casa cuando empezó a operar la Triple A. Mi padre recibió varias amenazas y poco después del estallido del golpe en el `76 lo secuestraron y apareció asesinado a los pocos días. Soy hijo de esa historia hasta que fui a parar a Barcelona”, dice haciendo un salto en la cronología de su vida. En 1995 fue a estudiar un doctorado en Derecho Constitucional a la Universidad Complutense de Madrid, donde conoció y se hizo amigo de Juan Carlos Monedero. “Era difícil imaginar que años después él terminaría siendo uno de los impulsores de Podemos y yo convirtiéndome en vicealcalde de Barcelona por Barcelona en Comú, la plataforma ciudadana (aliada de Podemos)”, afirma.
 
El 2001 lo encontró a Gerardo Pisarello dando clases de Derecho Constitucional en la Universidad de Barcelona, con la mirada puesta en la crisis argentina y también en las protestas en España contra la guerra de Irak. “En Argentina se discutían los límites de la política nacional, el asamblearismo, y simultáneamente en Barcelona estallaban las movilizaciones contra la guerra de Irak, contra las mentiras del PP (Partido Popular), había un debate sobre radicalizar la democracia, repensar la política tradicional. Me siento muy cerca del espíritu del 2001”.
 
Diez años después se produjo otro hito en la historia española: la irrupción del 15-M, el movimiento de los indignados, del que Pisarello también se sintió parte. Ese clima de hastío en las calles fue cimentando lo que ya en 2015 sería la primavera municipalista en España, en palabras de Pisarello. “Queríamos conectarnos con la democracia local para ensayar nuevas formas de participación política. No teníamos vínculos con partidos tradicionales, ni poderes económicos ni mediáticos, pero conseguimos llegar a gobiernos de ciudades importantes como Barcelona, Madrid, Valencia, Cádiz y Santiago”.

Junto a la alcaldesa Ada Colau, Pisarello defiende que Barcelona sea una ciudad refugio frente a la creciente xenofobia que hay en Europa. “Durante el gobierno del PP en materia de refugiados España fue sinónimo de vergüenza”, sostiene y muestra una cautelosa expectativa con el gobierno socialista de Pedro Sánchez. En relación al llamado “procés” catalán, el número dos del gobierno de Barcelona es categórico en sus convicciones: “hay que escuchar lo que la mayoría quiere y no ceder a la tentación de querer utilizar el Poder Judicial como arma para eliminar adversarios o castigar ideas”.
 
–Usted no venía a la Argentina desde 2012. ¿Le preocupa la realidad con la que se encontró?
 
–Estoy preocupado por lo que veo en Europa y también en América latina. Porque después de todos los impulsos movilizadores en los últimos años, con nuevos gobiernos, con nuevas movilizaciones sociales en muchos sitios, uno percibe un retroceso peligroso, la reedición de políticas neoliberales que habían fracasado en los noventa y que vuelven aparecer como si fueran zombies con nuevos ropajes pero sin propuestas nuevas. Y en el caso europeo lo más preocupante es que están dando lugar a alternativas de extrema derecha. La políticas neoliberales y de precarización están produciendo enfrentamientos entre pobres, que son instrumentalizados en muchos sitios, por caso en Hungría, Italia, Alemania -con la aparición de Alternativa para Alemania-, alternativas que buscan como chivos expiatorios de la crisis a los colectivos más vulnerables: los migrantes, los excluídos.
 
–Barcelona se declara una ciudad refugio en ese contexto hostil con los extranjeros en Europa.
 
–Es importante que las ciudades se constituyan como espacio de refugio, aquí no está solo Barcelona, sino que en Estados Unidos hay una red potente de ciudades santuario haciendo frente a las políticas migratorias de Trump. Las ciudades son espacios de enorme diversidad, gente de mil orígenes, con lenguas diferentes. Ceder ante las políticas racistas y xenófobas sería liquidar el alma de nuestras ciudades.
 
–A poco de asumir el poder en La Moncloa, Pedro Sánchez permitió el desembarco del buque “Aquarius”, que había sido rechazado por el gobierno italiano. Pero pareciera que Sánchez está moderando la política de puertas abiertas de España: recientemente decenas de migrantes subsaharianos fueron devueltos a Marruecos…
 
–El del “Aquarius” fue un gesto que marcó una diferencia, si se lo compara con Italia y con la España del PP, que tuvo una política migratoria nefasta. El problema es que quede solo en un gesto. Que se den devoluciones en caliente es preocupante: el gesto vino seguido de una medida contradictoria que vulnera los tratados internacionales en materia de derechos humanos. Esto no se trata de caridad, es un deber jurídico que tienen los estados europeos y que, además, tienen buena parte de la responsabilidad en las guerras y las situaciones de miseria que se producen en países del sur y del este. Dicen que no podemos ser ciudades refugio porque eso generará un gran efecto llamada de los migrantes del mundo, pero lo que hay que evitar es el efecto expulsión: gente que no querría abandonar su casa y se ve obligada por las circunstancias. A veces se argumenta que no hay dinero para atender a los refugiados, pero en cambio hay millones de dólares que van para políticas de control de frontera, para llenar de alambres de púa, para pagar barcos que disparan a los que vienen de la guerra en medio del Mediterráneo. Esa es una hipocresía y es inaceptable.
 
–Sánchez aprobó un decreto ley para sacar los restos del dictador Franco del Valle de los Caídos. ¿Cuál es su reflexión?
 
–Vine a la ESMA por primera vez y fue una experiencia muy conmovedora en lo personal. Pude ver el contraste entre las políticas que se aplicaron en Argentina y la enorme impunidad del franquismo en el caso español: un país que tiene más desaparecidos en el mundo después de Camboya y en el que aun hoy los nietos de la dictadura franquista no tienen un lugar a donde ir a homenajear a sus muertos.

La impunidad del franquismo, que es la impunidad de los responsables políticos y de los cómplices económicos de la dictadura es un lastre enorme que atenaza la democracia española. Y en ese sentido, uno de los reproches que se le pueden hacer al gobierno socialista de Felipe González es que no se atrevió a abrir este tema.

En cambio, el gobierno de Rodriguez Zapatero sí lo hizo, aunque con límites, y planteó la memoria histórica. Parece que Sánchez también lo está intentando hacer en un contexto difícil, porque la derecha española es agresiva, tosca, no es una derecha que haya pasado por experiencias antifascistas como en Alemania o Italia, donde sus dictadores acabaron derrotados militarmente por una guerra o ajusticiados en el caso de Mussolini. La dictadura española cayó porque hubo presión en las calles pero Franco murió en la cama y los elementos de continuidad con el franquismo siguen muy vivos.

Es una tarea que no es sencilla, pero si no se hace, el peligro de retroceso en derechos básicos es enorme. Nosotros tenemos una red de ciudades contra la impunidad del franquismo, hemos retirado símbolos franquistas, incluso le retiramos la medalla de la ciudad a Martín Villa, que fue gobernador civil en Barcelona, responsable de la masacre de Vitoria en el País Vasco.
 
Le pedimos a Sánchez que desbloquee la falta de ayuda del gobierno español en la querella argentina contra los crímenes del franquismo que está en el juzgado de Servini de Cubría. Sánchez se juega su credibilidad.
 

FUENTE: Pagina 12

 Viernes, 31 de agosto de 2018