2016-06-17 -10:11:15En ocasión de los 110 años de la Escuela Nº 97, consideramos oportuno "republicar" esta nota - Así como se impone el "Día de la Maestra Jardinera y el "Día de los Jardines de Infantes en homenaje a Rosario Vera Peñaloza, quien falleció el 28 de mayo de 1950. Merece que los saladeños recordemos el día 31 de mayo de 1950 (3 días después del fallecimiento de Rosario Vera Peñaloza), como un día muy caro al sentimiento de la educación inicial en el ámbito local. ¿Por qué?...seguí leyendo te contamos:
El 31 de Mayo de 1950, es un día histórico para los Jardines de Infantes de la ciudad de Saladas. ello se debe, a que en dicha fecha se confirmó el nombramiento y creación del Primer Jardín de la zona, por gestión de la Directora Mercedes Leyes de Andérica, el mismo pertenecía a la Escuela N°97. Por Resolución N°461 del Consejo Superior de Educación de la Provincia resuelve la creación del mismo, y nombra Ayudante de Jardín de Infantes (nombre utilizado en ese entonces para las actuales Maestras Jardineras) a la Señora Ada Susana Ignacio.
La misma fue la encargada de realizar, previamente, el censo para tener un estimativo de alumnos, es decir una cifra considerable para dar a conocer al Consejo y justificar la necesidad del mismo. A su vez la "Seño" Ada fue la primera docente en hacerse cargo del jardín, fue quien ideó el primer uniforme, que se distinguía del de los chicos de primaria por un moño a lunares, que llevaban los jardineros en el cuello.
El equipamiento del mismo, se logró con la ayuda de todo el pueblo, que participó en las veladas artísticas realizadas en el Cine Hispano Argentino organizada por la escuela a beneficio del jardín. Los números estaban a cargo de niños de la sociedad invitados a participar y alumnos. Con lo recaudado, se accedió a la compra de mobiliario, equipos didácticos y juegos acorde a la edad pre-escolar de los niños.
Es valorable destacar la tarea de las docentes que con mucho esfuerzo y amor abrieron las puertas por primera vez y para siempre del Jardín de Infantes en nuestra ciudad.
Tener memoria de un hecho histórico en nuestro pueblo es necesario, así como recordar y volver a las raíces de las cosas, porque es allí donde encontramos nuestra identidad y esencia como pueblo.