He aquí el secreto que esconde un enorme edificio sin revoque, que se yergue esbelto en la esquina conformada por calles Sargento Cabral e Independencia.
A fines del siglo XIX y principios del XX, la Saladas, mítica, misteriosa y cautivante, cargada de historia seguía siendo unos de los lugares poco poblados de Corrientes. Algunos intrépidos de Europa y Medio Oriente escapando de las guerras, el hambre y la discriminación buscaron en América una alternativa para la construcción de una nueva vida y mejor prosperidad.
Así fue como Don Cándido García, después de un largo peregrinaje desde Santa María del Berrocal, un pequeño municipio situado al Oeste de la provincia de Ávila, España, anclo en Saladas en 1909 eligiendo esta ciudad como su lugar donde vivir y formar una familia. Sus aptitudes para el comercio rápidamente lo ubicaron como un referente del lugar, donde se inició trabajando como empleado en el almacén de Ramos Generales de Don Carlos B. Flores, luego pasó a ser socio de la firma, transformada en “Flores y García” y en 1920 se hizo cargo de la firma, estuvo casado con Doña Margarita Morera, de cuyo matrimonio, nació María Angélica “Chelú” García, quien en su juventud por su belleza, fue elegida como la reina representante de Saladas en la primera y única “Fiesta del Azahar”, realizada en Saladas en el año 1942.
Don Cándido García, era propietario en Saladas de "Candido Garcia Ramos Generales", campos, varias quintas de citrus y accionista de la “Compañía de Electricidad de Saladas y del Banco Popular de Saladas, este banco o caja popular funcionaba en el edificio donde en la actualidad se halla el Centro Cultural “Sargento Juan Bautista Cabral”, propiedad de la Municipalidad de la ciudad de Saladas.
"Candido Garcia Ramos Generales", era agente en Saladas de la Western Indian Company, representante del Automovil Club Argentino, distribuidor de hierro canaleta, cemento Portland, cal de Cordoba y el jabon “Chelu” de elaboración propia, entre otras mercaderias.
Operaba con los bancos: Español del Rio de la Plata, Nación Argentina, casa central Londres de la América del Sud. Provincia de Buenos Aires, City Bank de Buenos Aires, y el Banco Popular de Saladas (Caja Popular de Saladas).
Su oficina/escritorio que figuraba como domicilio legal era Sargento Cabral e Independencia y como contacto tenía el teléfono 8 (el servicio telefónico era prestado en esa época por la “Unión Telefónica”, empresa en un principio de capitales británicos y posteriormente norteamericanos.
Candido Garcia tuvo una intensa actividad social que desarrollaba preferentemente en los Clubes Amistad, Juan Bautista Cabral (este último se funcionaba en la casa que se ubica entre el Concejo Deliberante y el
Museo Histórico Nacional “Juan Bautista Cabral”), Bochín Club y Tennis Club que se ubicaba en el ex balneario municipal, exactamente donde hoy está la construcción que alberga un transformador de la DPEC (Cnel. Blanco y 25 de Mayo).
NOTA REDACCIÓN: La actual calle Sargento Cabral, que en la época de la colonia se denominaba como “Calle del Fuerte” (por ser el limite Este del “Fuerte o Presidio de Las Saladas”, que abarcaba dos manzanas, las actuales manzanas de plaza Cabral y la otra donde actualmente se hallan la parroquia San José, el Club Antorcha y la Escuela Nº 97 “Manuel Florencio Mantilla”), con la radicación de los inmigrantes en su mayoría españoles y sirio-libanes, quienes montaron sus comercios en esta calle saladeña, paso a llamarse calle “Comercio”.
ANECDOTAS
Saladeños de edad avanzada relatan, que en el predio del edificio, existían las primeras plantas de mango, cuyos frutos exóticos eran la delicia de los chicos saladeños, que Doña Margarita Morera, repartía a los niños en aquella época, que se agolpaban en el portón lateral sobre la actual calle Independencia al 700. Estos mismos niños y hoy personas de la tercera edad, cuentan la conmoción que les causó en un día de verano, la trágica determinación tomada por la “señora de los mangos”, al suicidarse.
Los inmigrantes traían también junto a sus valijas o pertrechos de grandes baúles, sus culturas, sobre todo las ganas de trabajar y una vez asentados y económicamente consolidados, empezaron a traer a sus familiares de su país de origen, Don Cándido, no escapo a esta tradición, en este contexto posibilitó la llegada a Saladas de su hermano Rosendo García, quien estuvo casado con Isabel Macías prima hermana de “otra homónima” Isabel Macías, que fue la esposa de José Diez otro inmigrante español. Rosendo García residía en la señorial casa sita en calle Sargento Cabral, entre Independencia y 25 de Mayo frente a un conocido supermercado de Saladas, a su fallecimiento esta casa fue adquirida por otro inmigrante español, Conrado Fernández, quien fue cura párroco de la iglesia San José desde el año 1922, en la actualidad esta casa es propiedad de un conocido bioquímico de la ciudad de Saladas.
Otro hecho que conmocionó al pequeño pueblo, fue cuando un “Gaucho Alzado”, de los tantos que existieron en la Saladas de antaño, ingresó por una ventana del “deposito de géneros” (textiles), entre los objetos sustraídos, estaba un águila de oro macizo, que el despacho de Don Cándido, se utilizaba de “pisapapeles”, este águila era la admiración de cuantos visitaban el escritorio de don Cándido, por su diseño y su alto valor monetario, el aguila nunca fue recuperada.
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