Por: Leonardo Miguel González (especial para Mi Saladas)

El suceso era esperado por toda la escuela número 97 (NR/Escuela Nº 97 “Manuel Florencio Mantilla”) de Saladas, provincia de Corrientes.  La Mamá de un compañero de grado estaba esperando un hijo y todos queríamos ponerle un nombre.  El “Colorado” dijo: “Si es varón, que se llame Carlos Alberto”  (él se llamaba así).  La mas calladita, María Clara, dijo en voz muy baja: “Deben dejar que elijan los familiares, el padre o la madre”. El inquieto Orlando, propuso: Tulio, como mi tío. No, No, dijimos todos. No obstante, todos gritamos un nombre.  Qué, José, que Juan Carlos, que Octavio, y así el compañerito y futuro hermano del que llegaría unos meses después, tuvo que escribir nombres en su cuaderno de apuntes, prometiendo que se los daría a su Mamá y que ella elija.

Claro, todos queríamos que al niño o a la niña –aún no sabiamos si era nena o varón-  que estaba esperando la Mamá del compañerito le pusieran el nombre que habíamos  elegido cada uno.

Todos los días, en la escuela, ni bien llegábamos, lo mirábamos al futuro hermanito mayor para ver si desde su rostro se adivinaba algo que nos llevara a pensar que ya vendría al mundo el bebé y saber  si le ponían el nombre esperado.

Hasta la Señorita se animó y dio un nombre “Que se llame Esteban, si es varón” dijo y todos la miramos sorprendidos, ya que era muy cuidadosa de sus expresiones, de la misma forma que cuidaba nuestra conducta.

La Directora vino un día Lunes al aula que estaba al final de un cuerpo de la escuela y que tenía piso de madera.  Nos miró a todos y algo extraño nos invadió.   Nos dijo con voz pausada: “Deben entender que Marito no vino hoy.  Internaron a su Mamá en el Sanatorio para que llegue su hermanito.”

Nos quedamos mudos y luego amagamos un griterío que fue frenado inmediatamente por la enérgica mirada de  la Directora.  Cuando la Directora se fue, la Maestra nos dijo: “Niños, por favor, no griten.  Ya tendremos noticias.”

Pasó el día y nuestra expectativa crecía a medida que pasaban las horas.  Llegó el final de la jornada escolar y no teníamos noticias. Al día siguiente, nuestro compañerito, tampoco vino a clases.  ¿Qué pudo ocurrir?. 

La Señorita nos hizo formar en el patio como todos los días.  Se izó la bandera, Y entramos a clases.

El rostro de la Maestra no era el mismo.  Había silencio. Ella dijo: “Niños: Marito no pudo tener a su hermanito.   El esperado ahora es un ángel”.

No comprendimos muy bien al principio.  Pero como sabíamos que los ángeles están en el cielo, llegamos a entender que el niño tan esperado no había nacido.   Fue, creo, el día más triste de nuestra escuela primaria.  Sin embargo, sentimos que teníamos un ángel en el cielo. Y, hoy, aún nos cuida. Por eso todos coincidimos.  Lo llamamos: "ANGEL”.-

NOTA REDACCIÓN/ Leonardo Miguel "Quico" Gonzalez, es abogado, Poeta, Escritor, autor de varios libros, entre ellos su ultima producción:  "Madre de Malvinas" (pendiente de su presentacion en Saladas). “Quico”, si bien nació en la ciudad de Bella Vista, desde los 6 hasta los 19 años residió en la ciudad de Saladas, para no dejar dudas el mismo escritor, manifestó a misaladas.com.ar: “SOY SALADEÑO!!”. (saladeño por convicción).

Por Redaccion Mi Saladas/ Viernes, 27 de marzo de 2020