Lo estoy relatando en primera persona, porque realmente me encanto esta poesía, considero más que una poesía es un relato de la idiosincrasia pueblerina de Saladas de tiempos pasados. Los tiempos, las costumbres, las formas de vida cambiaron, pero el encanto de esta ciudad sigue intacto, como cuando cautivo a ese niño bellavistense, que adoptó a Saladas como su pueblo natal, donde paso su infancia y adolescencia y hoy ya con muchos almanaques encima, sigue derramando con su pluma bellos relatos cargados de melancolía del pueblo que lo cobijó: Se trata del Dr. Miguel Leonardo González.
Director: www.misaladas.com.ar
A MI PUEBLO (Saladas, Corrientes)
Voy a guardar un instante de silencio, para rendir homenaje para aquellos... que en mi infancia y juventud, me enseñaron a vivir: !cuánto les debo!!.
Un cura español, viejo y bueno,
Que me enseño la eucaristía con sabor a rezo.
Tantas maestras con paciencia de madres que hoy no abundan
Mis amigos que escuchaban en silencio oportuno y con respeto, mi decir en poesías y sentimientos,
Profesores del colegio que me dieron el método eficaz, el de aprender escuchando atentos.
Un campanario puntual, hora de sueño, ese que sonaba cuando alguien nos dejaba solitarios respetuosos, solos y en silencio.
Y llevarle flores a mi padre, hombre bueno, camino al cementerio.
Los partidos de básquet y de fútbol disputados con pasión en cada encuentro.
Las manos hacendosas de mi madre,
Asegurando el pan y el guardapolvo blanco.
Mi primera novia, hoy mi amiga verdadera a la que robé el beso del sabor primero.
Los bailes en el club, cuantos recuerdos, parejas que, danzando el vals o aquel bolero, se hicieron matrimonio en nuestro pueblo.
La laguna, repleta de mi gente escapándole al calor de Enero, el mate, el jugo en el paseo y la feliz nostalgia de mis sueños.
Las calles de tierra con árboles en la vereda eran el alivio en el verano.
La plaza Cabral, centro del pueblo, donde las fiestas y procesiones desde su centro.
Los clubes sociales, deportivos, el cine, eran los lugares del encuentro.
Fin de año, recepciones con aplausos y emociones.
Bailes de Fin de año, con mejores galas, esparciendo sueños e ilusiones.
Todo eso, y más, fue mi Saladas, a la que pretendo recordarla como pueblo.
Pero no. Vino el progreso, y el asfalto cambió para dejar el tiempo justo y que la ciudad avance.
No obstante, no puedo negarme a mis recuerdos. Por eso, guardo un instante de silencio, para rendirle homenaje a mi gente y al paisaje de árboles y cielo, de mi querido Saladas!!! Ah, che pueblo ¡!!!!
LEONARDO MIGUEL GONZÁLEZ
29 de Marzo de 2020 - Inédito