Saladas, se caracterizó desde la época colonial hasta la contemporánea, ser una tierra natal de hombres y mujeres que regaron su sangre, en pos de una Patria Libre y Soberana, defendiendo la vigencia del estado de derecho.

Hoy, 24 de marzo, exactamente a 36 años del golpe militar, que diera inicio a una de la más sangrienta masacre al pueblo argentino, no podemos ignorar que también existieron saladeños que escribieron con su sangre  cual tinta, esta triste pagina de la historia reciente de nuestra Argentina. Esta nota ya fue publicada el 21 de mayo de 2011, desde el administrador del sitio nos indica no ser una de las preferidas por los lectores(1.274) en cuanto a visitas, igualmente insistimos en publicarla,  en nombre de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

El Dr. Ángel Gerardo Pisarello, nació en Saladas el 24 de septiembre de 1916, hijo de don José Pisarello y Doña Delfina Virasoro, fue Senador (1948 y 1952) y Presidente de la UCR en la provincia de Tucumán  y Embajador en un país africano durante la presidencia del Dr. Arturo Illia.

En su patria chica por adopción, Tucumán, fue un abogado y militante radical en esa provincia, abogado defensor de presos políticos y promotor de Hábeas Corpus por desaparecidos desde el año 1.974 en dicha provincia.

Pisarello fue secuestrado por un grupo de tareas el 24 de Junio de 1976 en su domicilio de Tucumán, el día  2 de Julio de 1.976, su cadáver apareció con las manos atadas por alambres, a la vera de un camino de Santiago del Estero.

La misma suerte corrió su par el Senador peronista  Guillermo Vargas Aignasse, quien fue detenido la noche del golpe de estado, el 24 de marzo de 1976 y alojado en la Cárcel de Villa Urquiza, el día 5 de abril fue retirado de allí en un simulacro de liberación y nunca más apareció..

A partir del golpe de estado, secuestraron y asesinaron a Dardo Molina, presidente del Senado provincial; Juan Tenreyro, secretario de la gobernación; Bernardo Villalba, diputado nacional; Damián Márquez, senador provincial; Raúl Lechessi, diputado provincial y José Chebaia, secretario de Planeamiento, por nombrar solo a altos funcionarios del gobierno destituido.

Pero Saladas pareciera nunca tuvo en cuenta a un hijo dilecto, que derramo su sangre en defensa de los derechos humanos ante tan trágica dictadura, que causo la desaparición de más de 30.000 argentinos, nada hay en Saladas que lo rememore y que por un “NUNCA MÁS” así debería serlo, más allá de las extracciones políticas a las que pertenecieron.

Bibliografías extraídas de la web

Sábado, 24 de marzo de 2012