El aniversario 211º de la Revolución de Mayo,  no se podrá celebrar como se venía realizando habitualmente a causa de la pandemia. En el marco del Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio  -DISPO- (Hasta ahora) y teniendo en cuenta que la ciudad de Saladas, tiene 69 pacientes con diagnostico  positivo activo para el virus SARS-CoV-2 ,  que causa en coronavirus - COVID-19
 
Como estila nuestra línea editorial “Copiar Menos y Generar Más Contenidos Propios”.  Ya sabemos los saladeños como se desarrollaron las celebraciones patrias en los cercanos tiempos prepandemia, pero muy pocos como se celebraban en la década del 60’, en la ciudad de Saladas.
 
Para describir a nuestros lectores, como se festejaba  un 25 de Mayo, allá por los años  sesenta en el pueblo de las Saladas, consideramos como lo más  adecuado un relato en primera persona.
 
Los preparativos para la fiesta en este caso el 25 de mayo, comenzaban el día anterior por la tarde, Doña  Ojito de Medina,  la portera de la Escuela Nº 97 y alma mater de los preparativos, prendían grandes fogones donde se colocaban inmensas ollas de aluminio donde se preparaba el chocolate. Era todo un acontecimiento.
 
Por la noche  del 24 de mayo  se organizaba un baile de gala en el Club Amistad  con dos orquestas una de Tangos y la otra de música moderna. Por supuesto los hombres iban de riguroso traje y las mujeres con sus vestidos hechos para la ocasión. El baile se realizaba en los salones del club, por supuesto  bien iluminado.-
 
El 25 de mayo las actividades comenzaban muy temprano. En la torre de la iglesia había parlantes orientados hacia los cuatro puntos cardinales, para  que en todo el pueblo se escuchara, luego  que Don Juan  Salvador  Jare (NR/ de varias manera se escribía y pronunciaba el apellido)  tirara tres bombas de estruendo, el cura párroco ponía marchas militares para que  todo el pueblo se despierte con espíritu de fiesta patria. Me gustaba despertarme escuchando marchas. Es un recuerdo muy lindo de mi infancia.
Bien temprano veíamos como traían de la panadería de  Don Gerónimo Acosta (Ubicada donde hoy se halla ubicado el Supermercado Impacto, por calle Sarmiento), cestos repletos de pan dulce que luego  comeríamos con el chocolate y así munidos con una taza enlozada en lo posible para que no se rompa, porque seguro se iba a caer.
Para ir a  la escuela nos ponían un guardapolvo blanco impoluto y bien planchado (y brillantes de tanto almidón planchas en su historial) y zapatos bien hiperlustrados.
Después de concurrir a la escuela íbamos a la plaza, algunos ya, con los guardapolvos manchados con chocolate. En la plaza había actos alusivos y discursos varios y luego nos formaban en filas de cuatro en fondo. Marchábamos todos los grados, sobre las veredas de la plaza al compás de las marchas.
Luego a la siesta se organizaban juegos para los niños, como ser carrera de embolsados, chancho  enjabonado y cosas por el estilo. Continuaba con  carreras de  sortija que participaban la gente que venía del campo con sus caballos y ensillados con sus   mejores calchas y los gauchos con sus mejores “pilchas”.
NOTA REDACCIÓN MI SALADAS
Desde Mi Saladas sugerimos: Que cada ventana tenga los colores de nuestra patria, que flamee en cada hogar la insignia nacional, sugerencia  que plantea que los colores celeste y blanco son nuestro orgullo y nos encontramos todos. Esos colores son nuestra casa, casa donde debemos quedarnos y si salimos bien distanciados y que nuestra cara no se vea tapada con barbijos, con aroma  a borrachos de tanto alcohol en la manos y  así posibilitar que todos juntos muy juntos (y sin ninguna ausencia)  entonemos las estrofas de nuestro Himno Nacional el próximo 25 de Mayo”. Cuídate…por mí, por vos, por ellos, porque cuidar la salud de nuestros semejantes también es  Celebrar a la Patria. De esta salimos entre todos, o no salimos.
¡FELIZ DIA DE LA PATRIA!
Por Redacción Mi Saladas, 25 de mayo de 2021