Saladas: Honda expectativa en los familiares de Marciano Verón para cerrar un duelo
Los trabajos forenses de identificación de los muertos argentinos en la guerra de Malvinas, que tuvieron esta semana avances significativos, son seguidos con ansiedad y expectativa por los familiares de los caídos que, hace 39 años, no tienen la certeza dónde se encuentran enterrados los restos de sus seres queridos y siguen sin cerrar el proceso de duelo.
El sargento -post mortem- de GNA, Marciano Verón, se trasladaba a bordo del helicóptero Puma que cayó el 30 de mayo de 1982 en la batalla de Monte Kent, derribado por las tropas británicas en plena guerra de Malvinas.
La aeronave llevaba muchos explosivos, cayó incendiada y seis militares argentinos del Escuadrón Alacrán murieron en la posterior explosión, entre ellos Marciano Verón. Tres meses después, en un operativo a cargo del coronel británico Geoffrey Cardoso, las fuerzas inglesas recogieron los cuerpos de los caídos argentinos y los enterraron en un descampado en la isla Soledad, que luego se convertiría en el cementerio de Darwin.
Entre muchos otros, Cardoso recogió los restos humanos alrededor del helicóptero caído que –según creyó en ese momento- correspondían a cuatro soldados, entre los cuales sólo pudo identificar, por su placa, al subalférez Ricardo Julio Sánchez, y los enterró en una tumba común en Darwin, la denominada actualmente como C1-10.
Treinta y nueve años después, un equipo de expertos forenses del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) -por pedido de los gobiernos de Argentina y el Reino Unido- exhumó esta semana esa tumba colectiva y determinó que los restos enterrados en ella
corresponden a cinco cuerpos, y no a cuatro como se pensaba originalmente. Actualmente, esa tumba cuenta con una lápida con cuatro nombres: la del identificado Sánchez y tres nombres más –Héctor Aguirre, Luis Sevilla y Mario Luna-, que no son los caídos en el helicóptero de la Gendarmería, sino soldados de la Fuerza Aérea que murieron a 80 kilómetros de ese incidente. Cuando se realizaron hace cuatro años los primeros trabajos forenses de identificación en Darwin, los restos de esos tres soldados de la Fuerza Aérea fueron localizados en otras tumbas anónimas, que permanecían con la leyenda “Soldado conocido por Dios“.
Presuntamente los restos de Marciano Verón se cree que están allí, pero se tiene que esperar los resultados de entrecruzamientos de ADN
Jesús y Carlos Berón fueron quien aportaron su muestra de sangre al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para que ahora los restos de su hermano 8de corresponder) puedan ser identificados y su familia pueda concluir el duelo en paz.
Si las condiciones climáticas en las islas lo permiten, Fondebrider llevará las muestras el próximo jueves 26 de agosto al laboratorio de Córdoba en un vuelo privado -provisto por el empresario Eduardo Eurnekian-, que desde años trabaja junto a los familiares de los caídos. En Córdoba, se realizarán los procesamientos y cruzamientos de información entre los perfiles genéticos de las muestras y las aportadas por familiares en el proceso de 2017, en un trámite que podría extenderse durante dos o tres semanas.
Mientras tanto, la familia de Carlos Misael Pereyra y los otros caídos de Gendarmería en el helicóptero -el primer alférez Ricardo Julio Sánchez, el subalférez Guillermo Nasif, los cabos primeros Marciano Verón y Víctor Samuel Guerrero y el gendarme Juan Carlos Treppo- aguardan con la ansiedad de saber que tal vez, 39 años después de la guerra, podrán sanar heridas y cerrar el duelo.
“Estamos muy ilusionados y expectantes, pero con cautela en nuestras expectativas y ojalá que la identificación de los restos de mi tío Marciano Verón se concrete”, señaló a Mi Saladas. Valeria Berón, sobrina del sargento -post mortem- de Gendarmería Nacional Argentina, Marciano Verón.
Con Información de Télam y propias de Redacción Mi Saladas/ Martes, 24 de agosto de 2021