La pandemia del coronavirus ha puesto al mundo "patas arriba", en este contexto volverá a ser un San Valentín distinto, muy probablemente con menos salidas y más encuentros íntimos, para muchos  en sus hogares y para otros  activando su lugares  de encuentros secreto. En ambos casos, sin el molesto, pero necesario  barbijo o tapabocas y cada pareja sabrá si exigirse mutuamente el mentado pase sanitario.

El origen de la fecha tiene varias versiones. De hecho, la más difundida, indica que la celebración surge en conmemoración a Valentín: un sacerdote que fue ejecutado un 14 de febrero del año 270 por desobedecer las órdenes del emperador Claudio II, quien había prohibido celebrar matrimonios a los jóvenes soldados debido a que consideraba que al extrañar a sus familias y esposas querrían regresar del campo de batalla.

La jornada surge desde el catolicismo, como una manera de celebrar el amor y la afectividad entre las personas. No obstante, con el tiempo el festejo del día de los enamorados se popularizó más allá de su inicial concepción religiosa.

De hecho, desde principios del siglo XIX en Gran Bretaña la fiesta comenzó a comercializarse con la fabricación masiva de tarjetas genéricas del Día de San Valentín, con frases hechas y otros adornos.
Desde entonces, su celebración fue creciendo de forma sostenida hasta la actualidad expandiéndose a la mayor parte del mundo.
(¡Ojo!: Imagen de la nota meramente ilustrativa)