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EDITORIAL
2020-marzo-2022: Dos años de la pandemia del coronavirus
A inicios de marzo del 2020 todo era incertidumbre y especulaciones, en Saladas se noto el shock de la pandemia, con la suspensión de clases en el día 16 de marzo de ese año, la interrupción  de la tradicional procesión del Santo  Patrono de la localidad (San Jose-19 de marzo-) y en la segunda quincena de  junio la aparición de los primeros casos en Saladas que tuvieron como nexo epidemiológico a través  “de un joven mayor de edad que tuvo nexo epidemiológico con el caso 101 confirmado e1 13 de junio de 2020 y quien visitará la localidad ese fin de semana” (señalaron fuentes de epidemiologia provincial, en ese entonces)  y que desatara los primeros contagios en esta ciudad. Ahora, con la "nueva normalidad", volvieron las clases presenciales y se halla programada la tradicional procesion del Santo Patrono de la ciudad de Saladas. Entre otras actividades restablecidas en este marco sanitario.
Dos años de pandemia en Argentina: de la ingenuidad inicial a lo que podemos esperar luego de tres olas
A inicios de marzo del 2020 todo era incertidumbre y especulaciones. Este mes de marzo se cumplen dos años del primer caso de coronavirus en Argentina. En ese momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía no lo había declarado como pandemia (fue recién el 11 de marzo).

En Argentina, el Covid-19 comenzó a aparecer en los medios de prensa en enero del 2020 como la “neumonía de Wuhan”, un misterioso brote de una enfermedad que estaba matando gente en China. En ese momento, muy pocos expertos imaginaban lo que ocurrirían dos años después.
“La verdad, es que no se esperaba esta evolución. Había advertencias en la literatura científica de que un coronavirus podía desatar una pandemia. Pero, sinceramente, en esos primeros días costaba predecir que iba a suceder lo que luego sucedió”, asegura Rodrigo Quiroga, investigador en Bioinformática del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), que sigue de cerca la evolución de la pandemia.
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Quiroga, como muchos científicos, imaginaron un desenlace similar a los brotes de Sars-Cov-1 (2002-2004) y Mers (2012-2013). Son dos coronavirus más letales pero que provocaron pocos casos y nunca llegaron a ser pandémicos.
“Nos encontramos con un virus mucho más transmisible y un contexto internacional que facilitó la pandemia. El virus viajó en avión y se expandió por todo el mundo”, asegura.

El 20 de marzo de 2020 comenzó la cuarentena en el país. La mayoría de las personas pensaron que se trataría de un virus pasajero, cuyo impacto no se extendería más allá del invierno de 2020. Y que la cuarentena estricta lo iba a borrar del país. A la fecha, el país registra 8.981.155 de casos y 127.295mil fallecidos.
 
EL BARBIJO Y LAS VACUNAS CONTRA EL COVID-19

En ese momento tampoco pensamos que el barbijo iba a ser la principal medida sanitaria para evitar los contagios. Casi todos apostaron por el alcohol en gel y la higiene de manos, incluso la OMS.

Y, para la mayoría de las personas, las vacunas aparecían como una ilusión lejana. Pero el desarrollo de las diferentes fórmulas no sorprendió a los científicos, quienes trabajaron “a hombros de gigantes”, con conocimientos que se remontan a la primera vacuna creada por Edward Jenner a fines del siglo 18.
“En abril 2020 ya se calculaba que la vacuna iba a estar lista a fines de ese año. En mi grupo inmunizamos ratones en esos días y demostramos que la proteína S era altamente inmunogénica. Los primeros datos en monos de la Universidad de Oxford (autores de la vacuna de AstraZeneca) y Cansino entre abril y mayo fueron concluyentes”, asegura Ernesto Resnik, argentino experto en inmunología radicado en Minnesota, Estados Unidos.
 
La campaña de vacunación en Argentina inició a fines de 2020, apenas diez meses después del primer caso nacional. Resnik cree esas primeras dosis de Sputnik V fueron importantes simbólicamente, pero no fueron la solución. Hasta fines de febrero de 2021 se habían aplicado sólo un millón de dosis.
 
La campaña se aceleró a partir de abril. Resnik asegura que la campaña de vacunación argentina se retrasó debido a la gigantesca ola de mayo en India, debido a la variante Delta, cuando ese país se negó exportar millones de dosis de la vacuna de Astra Zeneca.
 
MUTACIONES Y VARIANTES DEL CORONAVIRUS
En marzo del 2020, tampoco imaginábamos que las mutaciones del virus iban a ser tan rápidas y nos iban a complicar tanto. Al final de cuentas atravesamos casi todo el 2020 sin variantes.
 
Humberto Debat, virólogo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria e integrante del consorcio Pais que monitorea las variantes del Sars-Cov-2 en Argentina, reconoce que en 2020 nadie esperaba que un puñado de mutaciones generarían versiones del virus con estos “increíbles cambios en transmisibilidad, letalidad y capacidad de evasión de respuesta inmune”.
 
LAS TRES OLAS DE COVID Y LOS HITOS QUE MARCARON ESTOS DOS AÑOS
 
“La tónica era la esperanza porque era un coronavirus, con una tasa relativamente baja de mutación. El mantra que repetíamos era que las mutaciones son una parte natural del ciclo de los virus y rara vez impactan en la dinámica de un brote. Pero el Sars-Cov-2 no ha dejado de sorprendernos y es probable que lo siga haciendo”, asegura Debat.
 
EL FUTURO DE LA PANDEMIA

Aquellos pronósticos inocentes estuvieron lejos de la cruda realidad por la que atravesamos estos dos años. Y la pandemia continúa, aunque por el éxito de las vacunas tengamos la sensación de que ya terminó.

Tras dos años de convivencia con el coronavirus, quizás ahora podamos calibrar mejor las expectativas para los próximos años.

Variantes. Los expertos están convencidos de que el virus seguirá mutando en cualquier nicho e individuo que se lo permita. Quizás las variantes no surjan una tras de la otra como cuando los casos diarios se reportaban por cientos de miles. Pero a los humanos hay que sumar otros hospedadores. Si el virus pasó de los animales a los humanos, podemos esperar nuevos saltos.

Vacunas. La ciencia global demostró una gran capacidad para generar vacunas. Es probable que las nuevas variantes requieran ajustes en las fórmulas. Plataformas como las de ARN y de partículas similares a virus son muy flexibles y permiten escalar su producción rápidamente. Pero debe asegurarse que esta capacidad esté disponible en cada región del planeta para evitar desigualdades.

Tratamientos. Con los tratamientos, las desigualdades globales son más marcadas. En 2020, la esperanza estaba puesta en el plasma, una terapia accesible para todo el mundo. La ciencia demostró su ineficacia.

Los anticuerpos monoclonales y los primeros antivirales (remdesivir) no llegaron a todos los países. La segunda generación de drogas (molnupiravir y paxlovid) solo están disponibles en algunos países del primer mundo. EE.UU. anunció este martes su estrategia “testearse para tratarse”. Cada persona que dé positiva a Covid-19 recibirá gratis el tratamiento de paxlovid. Este escenario parece estar muy lejos en Argentina.

VACUNACIÓN

Prevención. No hay dudas que el barbijo debería haber llegado para quedarse. Sol Minoldo, socióloga de Conicet y la UNC, cree que la pandemia es una oportunidad para instalarlo como herramienta de la salud pública.
“Aunque están dadas todas las oportunidades, todavía no es lo suficientemente sólido el aprendizaje colectivo respecto de cómo se transmiten y previenen las enfermedades respiratorias”, asegura.

Y agrega: “Hoy está muy instalada la idea de que el uso del barbijo es solo para prevenir Covid-19, y solo para usar en la emergencia sanitaria. Convertir algunas estrategias y usos de la pandemia en aprendizajes para el futuro depende en gran medida de las iniciativas que se tomen desde la salud pública”.

Investigación Mi Saladas/ Miércoles, 16 de marzo de 2022

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