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Docente saladeña. Después de jubilarse como docente, se recibió de abogada a los 73 años
Lili Carrara nació en Saladas, pero la mayor parte de su rol como maestra la desarrolló en colegios del departamento Concepción. En 2016 comenzó a cursar Derecho en la UNNE y, tras adaptarse a la virtualidad durante la pandemia de coronavirus, ahora ya rindió su último examen. 
Lili Carrara se presenta como docente. Es que abrazó esa profesión y la ejerció hasta que se jubiló en Saladas, su pueblo natal. Pero ahora también es abogada. A los 73 años, rindió su último examen en la sede central que posee en Corrientes la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional del Nordeste. Lili concluyó con satisfacción una carrera que tenía como asignatura pendiente. Mientras avanzan los trámites administrativos para su título, quiere aprovechar para viajar y conocer nuevos lugares.

A través del Sistema de Gestión Académica (SIU Guaraní), se enteró de que aprobó el parcial integrador del Seminario de Derechos Humanos, que rindió de forma escrita en la tarde del pasado martes 27. La noticia fue motivo de celebración presencial y virtual, ya que a la juntada en la casa de una de sus hijas se sumaron publicaciones de felicitaciones en las redes sociales.

Esos festejos, aunque fueron modestos, para Lili implican la obtención de un título que siempre anheló tener. "Cuando era jovencita ya quería estudiar la carrera, pero en aquellos tiempos no había extensiones áulicas y mis padres tampoco podían pagar los gastos de una mudanza", recordó la abogada Carrara en diálogo con República de Corrientes.

Ante esas circunstancias, en su terruño decidió igual seguir estudiando y se recibió de docente.
"Una profesión de la que estoy orgullosa porque la ejercí con vocación y siempre traté de hacer lo mejor posible", afirmó. Tras lo cual comentó que muchos años, cada día, viajaba con su esposo porque enseñaban en aulas de otras comunas.

"Trabajé en el nivel primario en Tatacuá, Tabay, Concepción, Santa Rosa y -ya cuando era directora- en Saladas", indicó e inmediatamente acotó que "con él, solo coincidimos en un colegio: el turno mañana en el 211 de Tabay. Igual, como hacíamos doble turno, estando ahí a la tarde yo iba hasta Concepción, donde era vicedirectora en una escuela".

Fueron años -rememoró- de mucho esfuerzo. Ambos trabajaban y sus cuatro hijos quedaban al cuidado de otras personas. "Salíamos temprano y volvíamos a las 18.30 o 19. Pero tuvimos la suerte de tener buenos vecinos que estaban pendientes de si nuestros hijos necesitaban algo cuando no estábamos", afirmó.

A su vez, destacó que "la mayor parte de mi carrera docente transcurrió en el departamento de Concepción. Después, ya como directora, pedí el traslado a Saladas". Años después, se jubiló en la Escuela 468, del barrio Estación de la misma localidad en la que nació.

Y aunque su esposo era joven cuando falleció -por lo que no pudieron disfrutar juntos como trabajadores pasivos-, formaron una familia que incluye a siete nietos que hoy son el orgullo de Lili Carrara.
Nuevos desafíos

Precisamente, después de dejar de ejercer como directora, ella se dedicó a disfrutar de esa etapa de su vida y hasta se mudó a Corrientes, donde viven tres de sus cuatro hijos. Hasta que en el 2016 decidió rendir para ingresar a la carrera de Abogacía.

Entre libros, apuntes y compañeros de diferentes edades comenzó a transitar otra etapa de estudiante. Hasta que la pandemia de coronavirus generó una serie de cambios en el sistema de enseñanza que la obligó a adaptarse a la virtualidad.

"Creo que, al principio, no fue sencillo ni para los docentes ni para los alumnos", estimó la flamante abogada.

Al mismo tiempo, contó que "con la ayuda de mi hija más chica, su esposo y amigos, pude enviar los trabajos que me pedían. Hay cosas del sistema digital que todavía me cuestan, pero supongo que aprendí bastante".

Pero más allá de ese imprevisto, Lili aseveró que disfrutó de cursar la carrera. Y para cumplir con la meta que se trazó, este año rindió una materia libre y aprobó la cursada de otras dos. "Para celebrar hicimos una juntada en la casa de una de mis hijas. Estuve rodeada de afectos. Solo mi hijo mayor no pudo estar de manera presencial, porque él vive y trabaja en Saladas. Y siempre les enseñé a los cuatro que tienen que ser responsables en lo que hacen", subrayó Lili que ahora -mientras avanza el proceso administrativo para obtener su título- piensa en disfrutar de sus días viajando. 

PH Gentileza Fabian Cura Carrara

Redaccion Cinthya Casco 
Viernes, 30 de junio de 2023